miércoles, 30 de julio de 2008



"Asilo; para que vuelvas" , en el Teatro del Viejo Palermo.
La astucia del tiempo

Una propuesta multimedia que interpela al espectador desde el primer momento.

El último minuto de vida es vida
y no muerte anticipada
Nasim Hikmet

Nacer, crecer, reproducirse, morir.
Nacer, crecer, trabajar, alimentarse, reproducirse, alimentar, morir.
Envejecer y estar solo. El confín, al que se asoman las visitas titilantes. Esperar.
Esperar la muerte que ha invadido ya, los oscuros silencios, las miradas perdidas, los arcanos suspiros. Ser improductivo. Necesitar.

“Asilo; para que vuelvas” explora y confunde. Abre ventanas allí donde parecen levantarse muros. Desplegando espacios heterodoxos, utilizando vastas plataformas de sentido que inaugura el discurso del ausente, del olvidado.

Un conjunto de jóvenes actores se viven viejos, se viven solos.
El pasado protegido por el amante que no puede abandonar. El niño perdido que anuncia el noticiero, como metáfora de sus propias existencias, el ir y venir de los años, las fotos, las joyas. La espera, herrumbrosa, diletante, amarga.

Una obra para ver sin edades, asumiendo la lógica de lo que respira, de lo que vive y de lo que un día ha de morir.

Una historia sincera que impele a la reflexión. Casi erigiéndose como un espejo inconcluso en donde nuestra imagen se proyecta.

La astucia del tiempo que una vez inventado no podemos detener.
Una historia llena de huellas, de yuxtaposiciones, sin tiempo, sin espacios.
Una historia del hombre.
Cintia Mariscal, para "Los Restos del Naufragio".

Ficha Técnica:
Intérpretes: Cecilia Meijide, Gastón Filgueira, Nacho Bozzolo, Iván Schvetz, Laila Duschatzky, María Estanciero y Lalo Garavano; Vestuario: Laila Duschatzky, Prensa: Silvina Pizarro; Escenografía e Iluminación: Anibal Kelvo y Nacho Ciatti, Operador de Luces: Raúl Nogueira, Asistencia: Gabriel Noacco y Juan Ferreyra, Realización Escenográfica: El ensamble orgánico, Selección Musical y Tema Original: Nacho Ciatti; Diseņo Gráfico y Fotografía: Yamila Kliczkowski (Estudio guapabombón), Producción Ejecutiva: Gastón Filgueira; Estética, videoescenografía y dirección visual: vj_anibal kelvo, Idea, dramaturgia y dirección general: Nacho Ciatti
Teatro del Viejo Palermo (Cabrera 5567, los viernes a las 22).

Teatro - "El desafore, o fragmentos de un desencuentro"

Ser, entre el olvido y la memoria
La directora y dramaturga , Nora Goldberg , presenta un nuevo trabajo en La Ranchería.

“Un teatro no es más que un pacto
con el absurdo”
Julio Cortázar
“Instrucciones para John Howell”

¿Cuál es mi nombre? Si sabia, no nacía. ¿Lujuria o monotonía? ¿Morir o matar?
La mujer mira por detrás del velo, la cuarta pared casi quebrada, casi infranqueable.
Se suceden por fragmentos, metáforas vacías, palabras inconexas, plumas rojas y el humo de la locura.

Se visten, se desnudan. Se tocan, se miran, se preguntan. No hay respuestas, casi no hay historia. Sólo dos mujeres detrás del velo, la cuarta pared inconclusa.
El espectador escafandra, a intervalos reconocido, imputado; por momentos incorpóreo, huidizo, invasor.

“El desafore...” abre interrogantes que nunca concluye, inaugura una historia sin derrotero, llora un pasado que no nombra. Sólo fragmentos de un recuerdo que amenaza violentar el silencio del presente.

Fotos, brillantes imágenes robadas del aire.
Ambos cuerpos pierden sus fronteras, se suman, se sustraen. Son el eco de una vida que las une hasta matarlas.

Una madre convocada por el ruidoso crujir de los cristales, el accidente bajo la pisada firme de quien niega.

Ambas instauran el minuto donde el olvido y el recuerdo insisten en un abrazo fatal. Ambas se pierden detrás del velo, bajo la luz enmohecida que las moja. Ambas intentan olvidar, sortear el obstáculo de “ser humano”. Renunciar a la existencia. Sobrevivir.

Cintia Mariscal, para "Los Restos del Naufragio"

Ficha técnica:
Actúan: Mónica Alba y Daniela Casalla
Diseño y realización de escenografía: Alejandro Szklar
Diseño y realización de vestuario: Cecilia Senno
Diseño de luces: Víctor Carreira
Diseño y realización de imágenes: Daniela Casalla
Música original: Norberto Moreno
Asistente de dirección: Paula Ligüero
Dramaturgia y dirección: Nora Goldberg
Prensa: Castillo – Arango
Teatro La Ranchería
México 1152
Reservas: 43825862

viernes, 25 de julio de 2008


Marcelo Katz ofrece, nuevamente, tras la presentación en el Centro Cultural Recoleta, una lúdica propuesta en el Espacio Aguirre.
La poesía en el agua
Mediante un cúmulo de acciones pertenecientes a la estética del clown, el espectáculo produce espesas imágenes poéticas en torno a elementos naturales que se interrelacionan con el agua.

Marcelo Katz y su grupo de alumnos proponen una vez más, un trabajo signado por el humor, compuesto de juegos simples y develadores de nosotros mismos.
Diez sckechts disponen la totalidad del espectáculo, urdidos mediante un elaborado entramado donde destacan la estética, la temática, la risa.
“Aguas” interpela a los espectadores, constituyéndolos en un elemento más para su creación. El juego, el absurdo, se revelan desde el inicio , en la antesala , donde somos interceptados por dos plomeros que desean instalar un inodoro. La obra se ha preconcebido desde la palabra, considerando la importancia y la funcionalidad del elemento que designa al espectáculo.
Inicia la función, comienza a correr agua por el espacio escénico, y en más de una oportunidad cubrimos nuestras caras, protegemos nuestros cuerpos por miedo a ser mojados.

La escenografía y el vestuario han sido determinados en función del líquido: los largos telones fueron cubiertos con un protector plástico que permite el trabajo en la escena ; el prendedor del alumno, símbolo de premio ganado, es hecho con una rejilla de la pileta; todo está pensado en función de lo otro que puede ser, las botellas y el cuerpo pasan a convertirse en instrumentos musicales, la bañeras en tablas de surf, y hasta el balbuceo de un niño espectador es retomado por el clown , para hacerlo propio e incorporarlo al juego.

Una vez más, lo lúdico, simple, lo ingenuo, y la torpeza a un ritmo chaplinesco, se combinan con lo inesperado, las peleas de pareja terminan en una gran contienda y revancha, o simplemente descubrimos que la señora tenía tapado el inodoro de su casa por que allí iban a parar todas las cosas que le molestaba, inclusive su marido.

Sin embargo, la poesía no deja de estar presente, se materializa a través de los colores y la música, se crea un arco iris en el escenario a partir de “That´s a wonderful day”.
La destreza del lenguaje corporal se despliega a través de los juegos rítmicos-coreográficos, un cuerpo que se hace dos cuerpos, o dos cuerpos que se hacen uno, solo al ser tapados con un bastidor, y la maravilla de la creatividad nos causa una ilusión óptica similar a un cuadro de Magritte.

Así como Katz sostiene que la técnica del clown es válida tanto para actores como para no actores, sus espectáculos son gratos de ver no solo para los amantes del teatro, también para aquellos que bucean de vez en cuando en la escena local , ¿a caso quien se negaría al poder del juego cándido , saludable y divertido?
Mina Bevacqua , para "Los Restos del Naufragio"

Ficha Técnica:

Elenco: Cecile Caillon (Corchete), Javier Pomposiello (Sorrigueta), Demián Candal
(Ciático), Alan Stivelman (Flatón), Santiago Legón (Divague), Lisandro Penelas (Habanna), Leila Zimerman (Rivadavia), Anibal Flamini (Piolo), Brigida Lozzi (Alcurnia), Lucía Baya Casal (Dale), Sebastián Godoy (Federico), Mercedes Hernández
(Marchiquita), Gabriel Kohan (Ritten), Marcos Arano (Bidón), Irene Sexer (Marta), Elsa Agras (Bambalina), Damián Ramonda (Saltonalto), Adriana Ferro (Purita Espuma), Gabriel Martínez (Timorato), Maximiliano Carrizo (Procer), María Milagros Fabricio (Proletaria), Guido Guernik (Marzo), Tomás García Querol (Eugenio), Alma Montiel (Amparo), Natalia Santiago (Untable), Ángeles Cravero (Adorno), Alejandro Talarico (Arveja), Adriana García (Figaza), Leonardo Quiroz (Prematuro) y más invitados./ Ambientación: Analía Gaguin / Realización de Escenografía: Analía Gaugin.
Asistente de Realización: Dario Kullock / Diseño de Vestuario: Aguas y Analía Gaugin
Diseño de Iluminación: Fernando Berreta / Fotografía: La corazonada / Diseño Gráfico: Sergio Lamamy / Prensa: Simkin & Franco / Asistente de Dirección: Nano Zyssholtz
Producción: Iris Intilangelo / Dirección General: Marcelo Katz
Funciones: sábados a las 20hs en Espacio Aguirre, Aguirre 1270.



jueves, 24 de julio de 2008

Otra versión de Stéfano, el texto perteneciente a Armando Discépolo, estrenado en 1928.


En el camino del llanto

El grupo Apacheta, dirigido por Guillermo Cacace, sube a escena un clásico del teatro argentino
que permite ver la desnudez de la humillación y la desgracia humana.

La bienvenida: costumbres modernas recubiertas por la sociedad de nuestros antepasados, una tarjeta postal impresa como paratexto, envuelta por una carta en letra cursiva sobre papel calco.
El público, degustando un vinito tinto de cortesía, espera que comience la obra en el hall de entrada. Para sorpresa de todos, un hombre con gafas, que por cierto es el director Guillermo Cacace, invita cordialmente a “empezar a ver que está ocurriendo” en el espacio escénico. Descorre el cortinado divisorio del hall y el espacio escénico, los espectadores aún parados, comienzan a cabecear para poder espiar esa cena familiar de inmigrantes. Se crea la ilusión de estar viendo una realidad, la cual simula no necesitar al público para existir, en vez de una representación teatral. Luego de unos minutos, los que han pagado su entrada ocupan las sillas vacías para seguir disfrutando de la función.

El texto original de Armando Discépolo, un reputado texto del teatro grotesco argentino, es respetado al pie de la letra. En el mismo se devela la decadencia y la desesperanza de una familia de inmigrantes italianos. Enfrentamientos generacionales y pérdida de motivaciones para subsistir, son los conflictos que transitan los personajes. El padre fracasado con supuesta sabiduría, pero sin cumplir los requisitos laborales de especificidad de la época. La madre defraudada plenamente por su esposo. Los abuelos arrancados de su tierra para tener que soportar la pobreza económica acarreada por su hijo. El primogénito alienado por su trabajo, debe renunciar a sus sueños. El hijo y la hija desvividos por su progenitor que sólo les realiza promesas, luego incumplidas. El discípulo responsable de mostrarle a su maestro la ineptitud que conlleva para adaptarse a los requerimientos del sistema.
Todas estas vidas desgraciadas son consecuencia del fracaso de Stéfano. La felicidad resulta inalcanzable en los profundos vacíos emocionales y materiales de los personajes, en los cuales ni siquiera la apariencia logra operar. La cruda realidad.

Es notable el trabajo actoral que genera en conjunto todo el elenco, alcanzando sostener los diferentes tipos de grises, sin dejar de pertenecer a este gran conglomerado de colores oscuros.
Las disposiciones espaciales de los actores son acertadas, visualmente impactantes, sin embargo, por momentos los actores no parecen haberlas internalizado en su totalidad.

Al igual que los actores cuando repiten el mismo texto, la obra va incrementando en intensidad los sentimientos de dolor, angustia y opresión. La música y la iluminación funcionan como separadoras o introductoras de una nueva situación dramática, creando el clima necesario para la misma.
Un violín, sepias, una armónica, blanco, la lluvia, acero, un piano, contribuyen al aumento de la pesadumbre general.
Los colores apagados y desgastados de la escenografía y el vestuario, ayudan a potenciar el ambiente lúgubre. Muebles de madera antigua, y esos ropajes que de tanto uso parecen adheridos a los cuerpos.

El público se retira de la sala con la experiencia de haber presenciado, consumado en el soliloquio final de Stéfano, el nivel máximo que puede alcanzar la humillación y la desgracia humana.

Roberta De Biase (Chuchuni), especial para “Los Restos del Naufragio”.


Ficha Técnica

Actuación: Carmen Luciarte (María Rosa), Jorge Nicolini (Don Alfonso), María Sol Cintas (Ñeca), Andrés Molina (Radamés), Silvia Dietrich (Margarita), Miguel Sorrentino (Esteban), Raúl Ramos (Stéfano), Antonio (Bax Pastore) Música original: Patricia Casares / Diseño de luces: David Seldes / Escenografía y vestuario: Lala Celeznoff-Guillermo Cacace / Asistencia de dirección: Lola Banfi / Realización de vestuario: Emilia Martins / Operador de luces: Mariano Arrigoni / Operación de sonido: Romina Padoán / Prensa: Simkin & Franco / Colaboración artística: Julieta Abriola / Asistencia de Producción: Julieta De Simone / Dirección: Guillermo Cacace / Producción general: Grupo Apacheta


Funciones: viernes, a las 21hs -

Apacheta Sala – Estudio: Pasco 623 - Teléfonos de reserva: 4941-5669 / apachetasalaestudio@gmail.com Duración: 100 minutos



Diario Argentino, un film realizado en el marco del posgrado de creación documental, en la universidad Pompau Favra.

Los fraudes del recuerdo

Un regreso en busca de aquellos lazos que vinculan íntimamente la subjetividad con la historia política y social del país.


«Estamos construidos en memoria,
somos a la vez la infancia,
la adolescencia, la vejez y la madurez».
Federico Fellini ( citado en “La imagen Tiempo”, Gilles Deleuze)




Continuando con una agenda de lanzamientos de considerable relevancia para el género documental, se ha estrenado la ópera prima de Guadalupe Pérez García , Diario Argentino, una producción que se generó en el proceso de graduación que la directora consumó en la Universidad Pompeu Fabra.
El documental se inscribe dentro de una delgada línea narrativa que fluctúa de un lado a otro, entre la ficción y la propia historia personal de quien enuncia; la autora se desempeña a ambos lados de la cámara , construyendo un relato biográfico plausible.
Comienza con un plano detalle de las manos de Lupe, su voz en off nos confiesa que , desde la infancia , ha confundido “la izquierda y la derecha” , artificio con el que introduce el conflicto que vertebrará todo el desarrollo del audiovisual : el peronismo. Efectivamente , el fenómeno político más importante del siglo XX en la Argentina, como espacio aglutinador del movimiento de masas, es debatido a lo largo del film.
La protagonista evoca una imagen constante que flamea en sus recuerdos mozos : el General Perón saludando a la muchedumbre , luego de haber desembarcado en Ezeiza , el 20 de junio de 1973 , desplazándose hacia atrás mientras monta su insigne caballo blanco. Estas maquinaciones que la invaden desde la niñez, motivan un efímero viaje de regreso por parte de Guadalupe – vive y trabaja en España , a donde se fue luego de la crisis del 2001 - , con el objeto de visitar a su madre e indagar en los recuerdos.
La composición narrativa manifiesta algunos logros de relevancia , como el empleo de imágenes documentales de archivo, la disposición de los sintagmas que tejen el relato, la intervención del montaje en las imágenes, y la factura de los planos durante el viaje en tren que la protagonista comparte con su madre.
Un controvertido curso de buceo realizado por Lupe , funciona como alegoría del viaje que ha emprendido, la exploración a las profundidades de sus remembranzas que se entrelazan con los hechos del contexto socio histórico en el que se ha constituido como sujeto.
Por lo demás , el material audiovisual se formula como un presuroso recorrido que une varias situaciones consideradas como “bisagras simbólicas” de la historia argentina : el golpe militar de 1976, el advenimiento de la democracia tras la guerra de Malvinas , la llegada al poder de Carlos Menem, la victoria de la Alianza, y la posterior crisis política de 2001.
Diario Argentino, un trabajo en primera persona que postula las particulares consideraciones que la autora ha elucubrado respecto a su historia subjetiva en el marco de la Historia Nacional.
Conrado Beretta , para "Los Restos del Naufragio"
Ficha técnica
Guión y Dirección: Lupe Perez Garcia / Productora España: Marta Esteban / Productores Argentina: N. Cervi / H. Musaluppi/ S. Bontá / Fotografía y Cámara: Carlos Essmann / Montaje: Domi Parra / Musica: Germán Cancián / Dirección de Arte: María Eva Duarte / Dirección de Sonido: Rufino Basavilbaso / Dirección de Producción: Fiona Heine - Lilia Scenna / Asistente de Dirección: Jose Luis Cancio / Jefe de Producción: Fernando BromDatos técnicosDocumental, España - Argentina 2004, Beta Digital, Blow up 35mm, color, 79 minutos.Producido por Imposible Films (España), en coproducción con Rizoma Films (Argentina), con el apoyo de Canal Plus y TV3 Cataluña (España), e INCAA (Argentina).

lunes, 21 de julio de 2008

Una interesante propuesta en el Teatro del Pueblo

La parte oscura


"La boca del ratón" es un espectáculo compuesto por dos obras: Boca Ratón de Roberto Perinelli y “Ratones en la boca” de Andrés Binetti, quien junto a Paula Andrea López, tiene a su cargo la dirección total de ambas propuestas.


Tres mujeres aparecen en escena, tres que son seis y que son una. Dos historias consecutivas exploran deseos auténticos, imperativos irreverentes, su parte más oculta.

“Boca ratón” de Roberto Perinnelli y “Ratones en la boca” de Andrés Binetti, ambas obras enlazadas por la somera escenografía y la voz latosa que se oye de una pequeña radio.
En ambas se desarrollan ejes de presencia/ausencia que sostienen la trama. Presencia de un exterior que nunca se establece : En "Boca Ratón", el desempeño deportivo de la niña, el prometido viaje a Boca Ratón donde su padre se encuentra; en la segunda, el insólito homicidio, la complicidad de la hija en los hechos, la historia de la amante de su padre. Presencia/ausencia del padre, siempre convocado por la palabra, aunque nunca aparezca, por la distancia o el divorcio en la primera, por la muerte inesperada en la segunda. Ambas historias cargan en el hombre el peso del rencor, de la bronca, del odio. Su ausencia simboliza el lugar de la llaga, del abandono y el eco resonante de lo que volverá a ocurrir.
Los hechos acontecen ocultos tras un discurso pretérito, que construye y destruye, crea y mata.
La grotesca alusión al psicoanálisis invita a la risa, a la complejización hasta el absurdo, al desacuerdo, y desemboca en ese impulso atávico que expone ante los ojos aterrorizados de los demás, la parte mas oculta del humano. Aquella que goza en el sufrimiento ajeno, aquella que se deleita en el vaivén de un brazo que puede decidir entre la tierra y el abismo.
“La boca del ratón” merece un paréntesis, algo que permita suspender el avasallante poder del reloj, para lograr desentrañar hasta lo insólito escondido tras la mueca de risa. Eso quizá sea lo más humano de cada uno, nuestra parte más oscura.
Cintia Mariscal, especial para "Los Restos del Naufragio".
Ficha:
Autor: Roberto Perinelli y Andrés Binetti - Elenco: Ana Luz Kallsten, Ana Maria Castel y Viviana Suraniti. Prensa: Duche y Zárate - Lugar: Teatro Del Pueblo (Av. Roque Sáenz Peña 943 – Reservas: 4326-3606) Horario: Viernes a las 21 hs.

viernes, 18 de julio de 2008



"Partes del libro familiar", un personaje atraviesa dos obras , construyendo una impronta del lazo.

“La polisemia inevitable”

Ser hijo, ser padre y ser abuelo. “¿Cuándo se es?” “¿Cuándo soy?”

Pregunta existencial, diaria y tácitamente formulada en nuestra interacción en sociedad. Con l@s otr@s. La familia, ese “Otros” ominoso, omnipresente. Condensación móvil de la historia familiar de un hombre cualquiera, un hombre común.


El final –un abuelo senil- que principia la obra nos anticipa amargamente, a toda luz, en una conversación-monólogo las peripecias recurrentes de ser. “Ser padre”, “ser hijo”, “ser nieto”.
La naturalización descarnada en la escena del destino de Calibino, trágico. Imperiosamente obediente. Fotos, recuerdos, que van y vienen acompañados por la fotografía móvil de un sofá familiar. No existe el presente, no existe el pasado, en el protagonista se funde su historia, su vivir en acto.
Luces adecuadas para enmarcar la consabida foto familiar hipócrita, devastadora y terminante. Actuaciones convincentes y un resabio de amargura ambivalente para el/la espectador/a de ver en acto tanta cotidianeidad “familiar”.

Juan Lucas Tossard, para Los Restos del Naufragio.


Audio de nuestra emisión - Viernes 18/7


ElencoMatías Panelo, Eduardo Peralta, Teresa Murias y Matilde RíosEscenografía y vestuario: Mercedes ArturoAsistencia escenografía y vestuario: María Belén Del Mazo / Catalina TagliaficoIluminación: Fernando BerretaMúsica y sonorización: Guillermina EtkinDiseño gráfico: Mariana RovitoFotografía: Ximena MartínezPrensa y difusión: Duche&Zárate Producción ejecutiva: EPAsistencia de dirección: Maria Elena AcuñaDirecciónPaula Andrea López


ElKafka Espacio Teatral.Lambaré 866 - Domingos a las 19 - reservas 4862.5439
















Rigopal, la segunda entrega de una trilogía teatral escrita y dirigida por Hernán Morán, postula una substancial consideración acerca de la mirada.


Observador observado

El proyecto total que se articula con el universo hitchcockiano, trabaja sobre tres substanciales films del maestro inglés: Vértigo, Rear Window y Psycho – con la que Morán proyecta la última parte -.

¿Desconexión? O simplemente caminos paralelos dentro de los significados que cada uno le atribuye a las palabras. ¿Existe un sentido verdadero y uno falso? ¿Apariencia o realidad? ¿Literalidad pornográfica o subtexto enmascarado? He aquí el mundo de la pareja que protagoniza “Rigopal”. ¿O de todas las parejas en la actualidad?

Como podemos apreciarlo en esta obra, el teatro ha dejado de ser logocentrista, todos los signos que conviven en el escenario están cargados de sentido, confluyen en la redundancia, y constituyen la polisemia. Gilles Deleuze afirma, en “La imagen movimiento”, que: “Es la cámara, y no un diálogo, quien explica por qué el héroe de La ventana indiscreta tiene una pierna rota (fotos de coche de carrera en su habitación, máquina de fotos rota)”.
Precisamente, el director Hernán Morán, se ha inspirado en el cine de Alfred Hitchcock para pergeñar una trilogía – iniciada por “Hipocampo” – donde los textos cinematográficos subyacen bajo la estructura del drama.

La escenografía, la iluminación precisa, las acciones en “mute” - momentos deliciosos de los intérpretes -, los sonidos y la música, adquieren un carácter de suma relevancia para que el público pueda cimentar la diégesis en su totalidad. Además, los espectadores forman parte de la obra, los actores los incluyen en su universo dramático como testigos pasivos, logrando así la constitución del hecho teatral.

El humor atraviesa desde el diálogo hasta la corporalidad de los personajes provocando una sonrisa constante en el público, que se identifica y disfruta del espectáculo.



Roberta De Biase (Chuchuni), especial para "Los Restos del Naufragio"

Audio de nuestra emisión - Viernes 18/7


Ficha técnica:
Dramaturgia y Dirección General: Hernán Morán; Interpretes: Mónica Miravete, Mariano Sayavedra y Virginia Garófalo; Asistencia de Dirección: Lía Bagnoli, Diseño de Iluminación: Javier Casielles; Diseño Sonoro: Gabriel Lecup Escenografía y Vestuario: Hernán Morán y Valeria Casielles, Realización de Escenografía y Vestuario: Agustín Garbelloto y Cecilia Zuvialde; Producción Ejecutiva: Valeria Casielles; Prensa: Silvina Pizarro.

Sábados a las 21 hs.En el Abasto Social Club, Humahuaca 3649. Tel. – Reservas: 4862-7205






martes, 15 de julio de 2008

Siempreviva, la obra de Fabián Bril y Marta Delavalle, representada en la sala Silencio de Negras.







El crimen por la eternidad

Mediante un juego intertextual con la Condesa Sangrienta, un clásico de Alejandra Pizarnik, los directores han logrado producir un texto espectacular autónomo, exhaustivo y potente.

“Si el acto sexual implica una suerte de muerte,
Erzébet Báthory necesitaba de la muerte visible, elemental, grosera,
para poder morir de esa muerte figurada que viene a ser el orgasmo.”
Alejandra Pizarnik, LA CONDESA SANGRIENTA


Durante los últimos años , la escritura de Alejandra Pizarnik ha sido abordada por numerosos artistas con el objeto de llevarla a escena, no sólo su único texto desarrollado para las tablas –Los perturbados entre lilas-, también, producciones textuales fundadas en su trabajo poético.


Bril y Delavalle revelan una profunda intuición sobre la obra de Pizarnik, ostentada en los atributos de la representación que han llevado a cabo –ambos en el texto, el primero en la dirección general-, y por la precisa elección entre el extenso trabajo de la poeta.


Siempreviva se inserta en una compleja relación paradigmática donde el autor y la referencia se desvanecen, detrás del origen perdido de la escritura. Alejandra Pizarnik elaboró su artículo “La condesa sangrienta”, en base a una lectura crítica de “La Comtesse Sanglante” , perteneciente a la escritora francesa, Valentine Penrose, quien llevó a cabo una biografía ficcional acerca de Erzsébet Bathory –la condesa húngara, conocida por sus crímenes durante la Edad Media-, a partir de investigaciones y documentación histórica. De esta manera vemos como se ha desencadenado un juego laberíntico de escrituras y reescrituras, una espesa maraña de vinculaciones intertextuales que enriquecen e interpelan al lector/espectador.


La referencia primigenia ha estallado en mil pedazos, producto de una cadena de copias y simulacros que obturan la denotación. En este juego descripto se sitúa el espectáculo: Bril y Delavalle han tomado la posta , continuando con la dinámica, esta vez, proponiendo otro texto –espectacular, teatral- en el devenir fragmentario del reflejo.


El mundo de la historia acontece en la década del ‘50, Argentina, un hombre falleció y lo velan en su casa. La acción transcurre en las habitaciones contiguas a la sala del difunto; allí, el espectador es un testigo privilegiado desde el momento en que ingresa a la casa–teatro: es que se ha pensado en él desde la génesis de la puesta, y por ello está implicado en medio del trabajo de los actores. La porosidad de la relación teatral –espectador/actor– es más evidente durante la espera de los asistentes que, poco a poco, otean el sitio y se encuentran con la representación en pleno funcionamiento. Una mucama sirve vino, las coronas con inscripciones alusivas inundan los rincones, las lloronas atraviesan la habitación, hemos sido constituidos como espectadores. Al cabo de un rato, se reestablecerá el orden del dispositivo: un tercero organizará el ingreso al espacio, ya conservador, con las gradas listas para ser ocupadas.


Livia , la viuda y dama de la casa, vive con incuria la pérdida de su marido, sólo la preocupa un objetivo: la suspensión del devenir, la concomitante obliteración de la corrupción corporal. Pretende vivir a través de los tiempos, perpetuamente joven, motivo que la compele a buscar el brebaje entre los cuerpos de las jóvenes. La gobernanta de la casa , íntima compañera de la señora, suscita tremebundos actos de tortura y martirio, sosteniendo prácticas de hechicería en pos de métodos más lenitivos. Pareciera que la acción se suspende en el tiempo, abriéndose a un presente genérico, predicando continuamente sobre la recóndita relación de las dos mujeres.


El espacio empleado para este espectáculo reluce entre los materiales sígnicos, más allá del carácter significativo que adquiere en la institución de la diégesis, funciona como un terreno propicio para la generación de diversos planos sonoros: los pasos de los actores, la acústica de las voces, los golpes que anuncian una nueva llegada.
El irreprensible trabajo de los actores evidencia un lazo destacable que se materializa en los movimientos, las miradas, la sincronización de los cuerpos, los cuadros expresivos que construyen en el plano de la escena.


La intertextualidad, según Jonathan Culler, surge como producto de la lectura, al ubicar un texto dentro de un espacio discursivo en el que se relaciona con varios códigos formados en el mismo acto. Precisamente de este vínculo proteico , los autores han emanado una representación que, con virtuosos elementos, adquiere una fortaleza dramática imponente, desplegada durante todo el relato, hasta descollar en el clímax, estableciendo un crescendo equilibrado.



Conrado Beretta, especial para “Los Restos del Naufragio”.

Audio de nuestra emisión - viernes 11/07



Ficha técnica:

Actúan: Cesar Elloy, Carla Vidal, Uegenio Tourn, Marta Haller, Ivana Cavallero y Pablo Giles.
Dirección General: Fabián Bril
Asistencia de dirección: Malena Gallegos
Producción artística: Marta Delavalle
Diseño de luces: Andrea Czarny
Diseño espacial: Cristina González
Vestuario: Carolina Ferraiulo
Diseño de arte: Royal Moyerno
Prensa: Simkin – Franco
Autores : Fabián Bril y Marta Delavalle
Sala: Silencio de Negras: Luis Sáenz Peña 663
Reservas: 4381-1445
Importante: Sólo con reserva previa

sábado, 12 de julio de 2008

Extracto de la emisión - viernes 11/7










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El audio de nuestro programa queda colgado en la página de Radio Z Digital para que lo escuches en cualquier momento. Luego de ingresar en la página, apretar stop en el reproductor de la radio en vivo , ir abajo y "hacer click" a la derecha del nombre del programa.



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miércoles, 9 de julio de 2008

Sobre la Obra "Corbatas Chinas"

“¿Vamos al Teatro? Acá en el barrio.”

Imposible, o dificultoso escapar a la ubicación donde se producirá el hecho teatral. Teatro IFT, viernes de invierno en Buenos Aires, entrar a un lugar donde se nota que ha habido mucho teatro, mucha historia de lucha teatral, de teatro hecho sin olvidarse de la premisa fundamental que le da sentido. La (re)presentación por sobre todas las cosas de pasiones humanas.

Esas pasiones humanas que Alfredo Megna, describe con precisión en el texto de sus “Corbatas chinas”, con los colores fuertes de una iluminación precisa. De un vestuario acorde y actuaciones convincentes en una peluquería de barrio, con rupturas temporales creíbles, digeribles para el/la espectador/a.

Lograda puesta en drama de un amor clandestino e irrefrenable, destinado a la tragedia. ¡Por una paloma!
Paradoja marcada en los movimientos simétricos de l@s protagonistas en escena, las interrupciones o silencios remarcando el papel del/la espectador/a, ocupando el espacio en una producción de sentido que, en relación con la impronta dramática profundiza el sentido, resalta el sino trágico que vendrá. La música en coro griego, una iluminación afectada y precisa le dan la pátina trágica del drama.
El drama de dos amantes, de “ser y no ser” como acertadamente prenuncia un personaje, en un barrio de Buenos Aires, muertos en su pasión, muertos por ella y por una paloma.

Audio de nuestra emisión - Viernes 4/7
boomp3.com

Ficha técnico artística

Actúan: Néstor Navarría, Pamela Marmissolle , Gabriel Dopchiz, Enrique Porcellana .
Diseño Escenográfico: Daniel Prieta
Diseño de Iluminación: Jorge Merzari
Música Original: Cristian Puz
Operador de Luces: Mariano Tosi Gagnoulet
Asistente de Dirección: Alejandra Egido
Dirección General: Leonardo Odierna
Autor: Armando Saire.
Autor: Alfredo Megna

Sala: Teatro IFT - Boulogne Sur Mer 5494962-9420 / 4961-9562 www.teatroift.org.ar/

domingo, 6 de julio de 2008



Un abordaje sobre "El Rufián" , el clásico de Daniel Tinayre.
La puesta en escena, un sentido posible.
El autor nos brinda una posible entrada al film , desde la puesta en escena.


Círculos, triángulos, teléfonos


Los desafíos que, como espectadores enfrentamos ante un film, adquieren múltiples senderos que se bifurcan en la puja por la constitución del sentido. En El Rufián, una aproximación proteica puede esbozarse en torno al funcionamiento narrativo de la puesta en escena. Frente a la fuerte codificación que propone y que estructura una determinada lectura, resulta interesante esbozar espacios que nos permitan acercarse al texto desde puentes que podamos hacer visibles, intersticios abiertos entre las sombras preeminentes. Vale decir que la película claramente responde a las pautas del género Negro Norteamericano y que también son reconocibles rasgos de impureza y contaminación con otro modelo genérico lindante, nos referimos al Melodrama. Cabe pensar que el universo de acción se bosqueja precisamente en esta zona límite de intersección entre ambos: un espacio diegético en el que prima la oscuridad y la penumbra, donde los protagonistas se hunden en el delito a partir de una relación cubierta de adulterio, perdiendo la inocencia en el debate entre el pathos y la razón. Posteriormente, el sufrimiento de una mujer que puja por el recuerdo y la memoria, hasta llegar al clímax, en el que un final con “justicia”se torna inminente para la enunciación y determina la muerte de aquellos que han transgredido “la moral, las buenas costumbres” y los límites de una vida rígidamente establecida cuyas marcas sociales emblemáticas configuran un destino que no debe mudarse.

Luego de los créditos, nos encontramos con una inscripción en la pantalla que pertenece al Eclesiástico, “Aquel que cava su fosa, en ella caerá”. La pregnancia sémica que esta cita posee y que pone en juego a escala paradigmática sobre la película puede ser una de las claves para delinear un posible marco en el cuál trazar un camino. Si nos dirigimos al texto bíblico, descubriremos que el proverbio se encuentra escindido y permutado, en el original se lee: “El que cava una fosa, caerá en ella y el que tiende una red quedará enredado”. Podríamos decir que, a modo de clave en cifra bajo esta omisión, el relato monta su curso y el mundo que narra sobre la idea moral de la red en la que cae aquel que transita en el pecado. Uno de los temas que redunda en el film noir1 es el de “la tela de araña” que, tejida por la mujer sobre el entorno del protagonista masculino, lo conducirá hacia el territorio pérfido del crimen, la perdición y la muerte. Tinayre, quién desarrolló su trabajo cinematográfico bajo la estructura del sistema de estudios, no escapó en este caso a la impronta misógina y sentenciosa que caracteriza al género. El recurso narrativo psicoanalítico fundado en el desdoblamiento del personaje femenino mediante la pérdida de la memoria, permite reconocer otra característica del maniqueísmo clásico que el director respetaba a rajatabla, aunando el par mujer mala – mujer buena en una y vertebrando la contaminación intergenérica mencionada a partir de ella.2

El enredo bajo una suerte de oscuro destino desatado en el momento en que los protagonistas deciden atravesar el límite impuesto de la norma ante las fuerzas sombrías del deseo. Una mala mujer como afirma Florelle y un crimen escasamente fortuito bastarán para que un hombre comience su vil transformación. La puesta en escena trabaja construyendo un mundo en el que esa red se explicitará simbólicamente, evidenciando el universo cerrado que los personajes han constituido y del que no podrán escapar.

Ingresamos al texto invitados por un emblema del narrador, un fotógrafo, mediante un travelling asoma ante nuestra mirada un mundo en el que proliferan los juegos con trayectos circulares, el parque con su vuelta al mundo, tren elevador, ruedas giratorias, maraña de luces y movimiento. Vemos planos generales de situación donde abunda el motivo visual de la circularidad que se reitera a lo largo de la película. En el interior del sitio donde trabaja Florelle, la bola de cristal iluminada en la que observa extasiada los hechos en el tiempo, es otro elemento del atrezzo muy importante por su funcionalidad dramática, puesto que además de responder a la forma mencionada, es en ella donde se inscribirá el enigma que da origen al relato: recordemos que la Madame ve un hombre que viene a matarla, a hacer justicia. Las paredes interiores de la caseta están adornadas con cartas gigantes que refuerzan su importancia en la relación de Isabel/Florelle y el Dr. De Marco; al tiempo que, junto con las siluetas de las manos también presentes, establecen una hipérbole sobre la fuerte impronta fantástica y misteriosa de esta mujer. Como ejemplos pueden mencionarse las bolas que giran sin parar delante de cada barraca, las lámparas presentes en la casa de Florelle, la Mansión Danielli y la oficina de seguros, la pantalla iluminada sobre la que trabaja el Dr. De Marco para hipnotizar a la mujer y la claraboya con dibujo entramado que se ve en cuadro cuando Isabel mira hacia arriba luego de haber cotejado que la puerta está atada con alambre.

El espacio claustrofóbico se va armando tambièn por la preeminencia de las escenas nocturnas, los contrastes, el encuadre y la destacada profundidad de campo, en una propuesta que rige todo el film y que va desde el guión hasta las decisiones en el montaje, atravesando las instancias de producción. Los personajes se encuentran encerrados en los vínculos interpersonales que mantienen y en la vida que soportan a través de ellos. Madame Florelle vive acosada y explotada, presa en el recuerdo nubloso que la atosiga; mientras que en su vida anterior, Isabel, padecía lo suyo bajo un matrimonio plagado de discusiones e insatisfacción. Héctor observa el mundo y traba seducciones dentro del auto, vehículo cómplice que servirá para cubrir el delito.. Todos se mueven en espacios cercados que el relato se encarga de caracterizar de manera palmaria: el rodado, la gran casa del Dr. Danielli, el parque de diversiones, la barraca de Madame Florelle y el edificio abandonado donde habita. Cabría pensar que el conflicto se establece cuando los personajes violan los espacios; primero ingresando en las habitaciones, luego Héctor cuando pretende alojarse en la casa y hacerse con parte de la fortuna adquirida por la mujer. Tan importante es la circunscripción del lugar que Isabel dirá al homicida cuando lo encuentra atendiendo un llamado: - ¿Qué está haciendo acá? Este no es su lugar, usted no es quien para atender el teléfono. – Aquí se acentuarán las esferas de acción sobre la apropiación del dinero, en un camino de codicia que terminará con el entramado policial y el acto de delación, despertando en nuestra memoria la huella de algunas excelsas traidoras como la Phyllis Diatrichson de “Perdición” o Susan Spencer en “Más allá de la duda”.


En esta expresión en la que el personaje condena la transgresión espacial, pareciera gozar de cierta autoconciencia del relato, pues ciertamente, también el teléfono, un objeto importante en el policial, cumple aquí una función destacada dentro del entramado y será subrayado mediante primeros planos, encuadres privilegiados y movimientos de cámara que lo acentúan. Llamadas de auxilio, avisos que amedrentan, traiciones en la noche que dibujan voces en medio de tanta oscuridad. Con la primera aparición en escena del aparato, a minutos de iniciada la película, la economía narrativa condensa la oscura y solitaria vida de Florelle que aterrada por las visiones premonitorias en su esfera de cristal, sale de su barraca e ingresa en una cabina para llamar a un hombre; la negativa de este y una vida familiar mostrada en profundidad de campo serán elementos suficientes para inferir que se encuentra sola, oprimida ante una situación que la aterroriza; y la única posibilidad de auxilio es un amante.

El teléfono, que ha plagado tantas escenas al punto de permitir un espeso recorrido lúdico por la historia del cine, comienza a delinear una progresión de llamados que se suceden.
Ya en el flashback, al que nos introducimos mediante la narración falsamente delegada en Héctor, una llamada telefónica será suficiente para destacar la importancia de Mauricio en la vida del Dr. Danielli y la evidencia de un triángulo afectivo.. Como dijimos, el hombre toma conocimiento del dinero cuando el agente de seguros pretende devolver el guante que Isabel olvidó en una acción más que accidental. Cuando el rufián se desata y exige su monto, se inicia un ida y vuelta telefónico entre la mujer y el detective que acabará con la “doble” caída en la cárcel y en el olvido, respectivamente. Los llamados suceden de manera creciente multiplicándose hasta el final en el que adquirieren una importancia distinguida como motor del desenlace. Héctor logrará ingresar al recinto de Florelle gracias a un artilugio con el aparato y la colaboración del peón que trabaja en el taller aledaño.
Luego, una nueva llamada posterior al autorreconocimiento de Isabel, da aviso al Dr. De Marco y desata la ira asesina de Héctor que corta el cable para dar fin a las comunicaciones.
Cuando De Marco llegue será ya muy tarde y el triángulo amoroso quedará sepultado con la muerte de los protagonistas.

La escalera es otro elemento radiante por su espesor semàntico y porque permitirá la clausura del relato con la justicia poética incluida, aparte de ser la locación propicia para trabajar con el encierro narrativamente necesario y la extensión del espacio para dilatar las resoluciones y dosificar la acción; tanto la escena del tránsito de Héctor a la habitación de Isabel como en la llegada del Dr. Danielli a la casa cuando hallará a la pareja en falta y, sobre todo, en la desplegada persecución de la secuencia final que clausura el relato. La dinámica de los planos y la manera en que trabaja el montaje sobre ésta, refuerzan la imagen de circularidad y reclusión mencionada que llegará al paroxismo cuando la cámara nos muestre en detalle el cable metálico que halla Héctor y que emplea para cerrar la puerta de ingreso, sentando el carácter privado de la relación que une a los protagonistas e impidiendo el acceso de cualquier ayuda para Florelle/Isabel.3 El narrador omnipotente se encarga de conducir explícitamente al espectador, destacando varios elementos importantes en el relato, como los cierres de escena en plano detalle del guante en la oficina de seguros, el retrato y Florelle antes del reconocimiento a partir del anillo y la evidenciación de la mirada imposible en falsa cámara objetiva cada vez que Isabel manipula el dinero dentro de la caja fuerte.

Tal como lo apuntamos, otra característica que se repite es la presencia de terceros en las relaciones; puntos en la narración que unidos en la lectura determinan una grafía redundante, el triángulo. Al igual que el círculo como forma alegórica recurrente, configura relaciones constreñidas y agobiantes4. El vínculo entrañable entre Mauricio y el Dr. Danielli inicia la figura al tiempo que potencia y prepara una red de lazos triádicos dónde Isabel será el vértice constante que se proyecta en múltiples direcciones combinables con los demás personajes. La conformación geométrica irá variando en una marcha caracterizada por el carácter sensual y atractivo de la mujer.5 La mucama, Berta, Nino, el inspector, el Dr. De Marco y Héctor, estos últimos permanecerán inamovibles hasta el final, reduplicando la polaridad maniquea.
Ella “ ha realizado un pacto con el diablo”, tal como puede leerse en el lateral exterior de la barraca donde se sitúa la adivina Florelle; inscripción metalingüística tan fuerte del decorado que no puede dejar de relacionarse paradigmáticamente con la cita, el género y en definitiva con todo el texto fílmico permitiéndonos enunciar, a modo de síntesis, el título donde se halla el proverbio: “En el pecado, el castigo”.


1 Esta denominación corresponde al término que empleó la crítica francesa frente a los films norteamericanos de la década de 1940. El género tiene sus orígenes en la obra de Edgar Allan Poe y en el relato de enigma británico que configuró el policial clásico. En Estados Unidos, se produjo una apropiación y mutación de este verosímil narrativo, modificando la racionalidad lógica inglesa por un mundo donde los márgenes de la ley se disgregan y los personajes oscilan sobre los bordes de la legalidad en un mundo de violencia y corrupción. Por lo demás,es harto conocido la importancia de plumas como las de Raymond Chandler, Chase,Spillane, Brewer; y trabajos cinematográficos realizados tanto por directores europeos en EUA como estadounidenses: Michel Curtiz, Billy Wilder, Otto Preminger, Jacques Tourner, Tay Garnett, Orson Welles, etc. En los textos teóricos sobre literatura y cine, y en los diccionarios cinematográficos, podemos encontrar los términos: Film noir; Romain noir americano; Dark film; Cine policial negro; Cine negro, etc.
2 Abel Posadas en su recorrido por las películas de Tinayre, apuntó las dos clases de mujeres del universo tinayriano precisamente mencionando una invariante donde se destaca la figura de la mujer araña y su antagonista positiva. Revista Film, Buenos Aires, año II, agosto – septiembre 1994, p.54 y ss.
3 Adviértase la similitud fonética de ambos nombres que explícitamente denotan la existencia de una misma mujer.
4 La presencia de relaciones amorosas triangulares es una marca propia del negro que se encuentra en varias películas del género. Triángulos de odio, celos, deseo y hasta implícitos vínculos homosexuales que burlaban al Código de Producción.

5 Cabe destacar la elección de Egle Martin en el papel de la protagonista, una vedette de carrera quién había alcanzado cierta fama hacia finales de la década de 1950. Tinayre había ofrecido antes el trabajo a varias mujeres, entre ellas, Isabel Sarli.
Si bien es cierto que al personaje de Isabel le falta agresividad y destrucción para calificarla de femme fatale tal como se ha configurado en el verosímil del género, también ha de mencionarse el trabajo a través del vestuario y el encuadre para remarcar la atracción y la mirada que despierta en los hombres, capaz de convencer a un inspector de policía. Nótese la firma que llevan los trajes en los credits así como la cantidad de sombreros con los que se la muestra.


Conrado Beretta
Texto extraído de "El libro que no fue"

Ficha:
Título original: El rufián (1961)
País: Argentina
Guión: Enrique Albritt
Actores: Carlos Estrada, Eagle Martin, Oscar Rovito
Dirección: Daniel Tinayre
Film - blanco y negro - 120' - español
Apta mayores de 18 años



viernes, 4 de julio de 2008

Lectura sobre la obra :"Pasionaria"


El retrato de una mujer rota

“I love you es: si no estás me muero”


Ella parece desaparecer, indistinguirse, envuelta, enredada. Yace sobre un sillón añejo.
A su alrededor irónicos peluches, como trozos del pasado, la interpelan.
Pasionaria es la imagen de un recuerdo o quizás la ineludible predestinación.
Esboza la fragilidad humana, la ironía de la existencia.
Hace reír, aun sin desearlo. Aun asumiendo su crueldad, el acto de la risa acontece, brota espontánea, para silenciarse a intervalos por el llanto.
Es la historia de un quiebre. En escena, una “mujer rota”.
El delivery llama a la puerta. Espera en el placard. Es un muchacho enamorado.
Amor nos dice “es oír la lluvia caer en el techo de chapa que tendremos, calentarnos las manos con las hornallas de la cocina”.
La mira, le canta, pelea con el fantasma que aparece en el teléfono que suena.
Ella atiende. Es el hombre que ha perdido y sin el cual ya no es. La identidad sujeta a la mirada del “otro” peligra descomponerse. Fantasma devenido en sonido relampagueante, en llamada incorpórea.
I love you es: si no estás no existo”.
La mujer se confunde en un acto mimético con el entorno. Lo mismo da que sea una persona o uno de los tantos muñecos que ella, casi en un acto de fetichismo, se niega a abandonar.
El muchacho del delivery abre la exploración a lo grotesco, al estereotipo, más esconde tras de sí, un deseo auténtico, el de amar y ser amado. Ella, epifanía de la soledad que la atormenta, sucumbe ante la posibilidad de la llamada. No puede siquiera girar su mirada hacia el joven muchacho que la acompaña.
Él la espera. Se esconde en el placard del que ha salido tiempo antes.
Pasionaria invita a transgredir los límites. A confundir tragedia y comedia o a asumir su inexorable parentesco. Invita a sentir lo que ella explora. A enredarse, entorpecerse, asumir el absurdo en el que vivimos y a dejarnos convencer, que el amor es quizás una de las cosas mas misteriosas de la vida.

Cintia Mariscal, para los Restos del Naufragio

Ficha técnica:

Dramaturgia y dirección: Lucía Moller
Actores: Flor Dyszel y Anibal Gulluni
Dirección de arte: Sol de San Bruno
Iluminación: Peter Zanahoria
Sonido: Nicolás Méndez
Asistencia de escenario: Ailín Veraldi
Asistencia de dirección: Mónica Peixao
Prensa: TE HAGO LA PRENSA
La obra constituye el proyecto espectacular de licenciatura en dirección escénica del departamento de artes dramáticas del IUNA.
Todos los jueves a las 22 hs. Teatro Vera Vera.
Dirección: Vera 108, Reservas: 4854-3655

Una opción para los chicos











Una posibilidad de acercar el teatro a los más chicos.

"La leyenda del rey Arturo"


La obra se presenta en la Sala Carlos Carella, Bartolomé mitre 970, con la participación de Rubén Stella y la dirección de Cristian Vélez.



Me arriesgo a decir que no debe haber nada más difícil que el público infantil, no sólo por la propensión que tienen a dispersarse, sino más bien por esa honestidad brutal o licencia etaria que les permite patalear cuando algo no les gusta. Pareciera que la pregunta del millón es qué contar sin caer en historias susanicientas, en un dinosaurio fucsia de dudosa inteligencia, o cómo montar una puesta a sabiendas de que un niño no es precisamente un enano con capacidades diferentes. El resultado de elucubrar estas preguntas es siempre un producto que disfrutan los chicos y los adultos que empiezan a sufrir estoicamente el impass del ciclo lectivo.
En esa búsqueda de un discurso inteligente y apto todo público, es donde se torna difícil ver la puesta de La Leyenda… y no recordar La Banda de la Risa, con sus transposiciones o reescrituras de los llamados clásicos –Goethe, Shakespeare, Perrault-. Tanto la puesta que nos ocupa como las que suele realizar La banda..., tienen en común, además, ese menjunje de distintos recursos provenientes del Clown, la comedia musical y el teatro de títeres, haciendo hincapié en el vestuario, el maquillaje y la escenografía.
Producida por La Pared Invisible – grupo teatral que continúa la corriente estética de Ariel Bufano-, La Leyenda del Rey Arturo propone una puesta en escena que rompe el estilo de teatro convencional y la utilización tradicional de la caja italiana, logrando que los espectadores se encuentren inmersos en la historia desde el principio de la obra. La música, creada para la ocasión, no tiene el mismo mérito. Lejos de convertirse en un ofrecimiento lúdico o innovador, las melodías y las letras son bastantes pobres y anodinas, y las escenas musicales no logran amalgamar lo que se oye con unos personajes que se quedan parados, haciendo playback y mirando el horizonte.
A pesar de esto, vale la pena ver una propuesta artística que apuesta a la inteligencia del receptor y que logra el milagro de mantener sentados y en relativa calma -por lo menos por un rato- a ese grupete de imberbes inadaptados que, de otra manera, en estos tiempos invernales que nos tocan vivir, estarían pululando por la ciudad.

L. Vázquez para “Los Restos del Naufragio”


Ficha Técnica

Dramaturgia y Dirección General: Cristian Vélez
Escenografía y Realización de Títeres: José Oscar Andrukowicz
Vestuario y Maquillaje: Julieta Samamé
Iluminación y Sonido: Fermín González
Intérpretes: Rubén Stella, Ana González, Juan Pablo Panebianco, Mariano Akian, Ricardo Pelliza, Lautaro Heredia, Lucía Stella

Dirección: Cristian Vélez

Sala: Carlos Carella - Bartolomé Mitre 957


Obra: "Noche de perros"



Nuestra lectura de “Noche de Perros” , obra teatral que se representa en el C.C.C.

“El costo de la
aventura”

“Noche de perros”, un texto que propone su juego dramático en el marco de algunos elementos propios del thriller, consigue custodiar la atención del espectador , conduciéndolo por la desdicha cotidiana de los protagonistas.


Un encuentro sexual entre los personajes funciona como disparador de la acción dentro del juego dramático propuesto en la obra. Clara y Pedro han experimentado una relación , por cierto, ocasional y azarosa , un vínculo que los ha marcado a fuego y cuya huella determinará el curso futuro de sus vidas. Resulta sugestivo y destacable que , como táctica, tal relación sea evocada por el discurso de los actores , es decir , que haya acontecido en un pasado extra- escénico, elemento que abre un cúmulo de imágenes pasibles de ser producidas por la faena activa de aquél que mira. Precisamente el hecho que provocará la búsqueda y la demanda de Clara no ha sido visto , no se representa de manera icónica sino que se despliega una batería simbólica e indicial que lo evoca.
La iluminación precisa que invade la escena , demarca un límite distante y emana imágenes con una fragancia onírica inundadas por una potencia estética de relevancia, resaltando el clima espeso y enrarecido del ambiente , la escenografía y las relaciones interpersonales.
El cabal trabajo interpretativo de los actores , Karina Buzeki y Roberto Ponce, coincide de modo afinado con el afable equilibrio que Julio Ordano y su equipo , han moteado en el escenario.



Carolina Larrauburu, Especial para Los Restos del Naufragio.



Ficha técnica

Intérpretes: Karina Buzeki, Roberto Ponce
Fotografía: Michel Marcu
Música original: Sergio Vainikoff
Escenografía y vestuario: Luciana Gonzalez
Asistente de vestuario: Cecilia Estefanía Lanza
Asistentes de escenografía: María Victoria Questa - María Lucía Vega
Asistentes de dirección: Mercedes Orlandi - Marina Balbi.
Prensa : Duche y Zárate
Dirección General : Julio Ordano